La repetición de las elecciones nos sitúa ante un escenario inquietante e imprevisible. El peor de todos.
La repetición de las elecciones nos sitúa ante un escenario inquietante e imprevisible. El peor de todos. La sensación de que los políticos, en general, y los de izquierdas, en particular, no han realizado su trabajo, no han sido capaces de traducir en acuerdos los resultados de las pasadas elecciones, está muy extendido. Formulado de esta manera, no comparto este diagnóstico, pero me temo que es el que, a fuerza de repetirlo una y otra vez, ha quedado en la opinión pública.
Una mezcla de hartazgo, decepción y rechazo de la “clase política”, cuya traducción en votos y abstenciones es imposible de prever en este momento. Si siempre hay que “coger con pinzas” y depurar con cuidado la información contenida en los sondeos electorales y los pronósticos que avanzan, la incertidumbre política que existe en este momento reduce todavía más su capacidad predictiva, convirtiéndolos en interesados y sesgados formadores de opinión y en armas arrojadizas de unos partidos contra otros.
Algunos de estos sondeos vaticinan que el Partido Socialista Obrero Español y el Partido Popular (PP) ganarán apoyo electoral, al tiempo que Ciudadanos (C´s), Vox y Unidas Podemos (UP) lo perderán. Se pronostica, asimismo, que las derechas no sumarán lo suficiente y que los dirigentes socialistas se verán enfrentados de nuevo a la formación de gobierno, con un grupo parlamentario más amplio que el actual, pero sin alcanzar la mayoría absoluta.
Ya veremos. Hay demasiada incertidumbre para instalarse en un juego de adivinanzas y elucubraciones. Me preocupa, en todo caso, la contundencia con que se sostiene que “las derechas no suman”. Hay que tener en cuenta, que el PP ha detenido su caída y ha reforzado su todavía débil posición, que la izquierda podría muy bien encontrarse con la abstención de una parte de su electorado, y que la inminente sentencia del juicio a los presos políticos catalanes y las consecuencias que se derivarán de la misma posiblemente ofrecerán nuevas bazas al nacionalismo españolista. En este escenario, ante la posibilidad de hacerse con una mayoría electoral (lo visto en Madrid y en otros lugares demuestra que el PP y C’s, situados en posiciones cada vez más extremas, no le hacen ascos a pactar con la extrema derecha representada por Vox), la apelación al voto podría darles una mayoría suficiente.